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Kadaj
Soy un "escritor" que pretende especializarse en todo lo que tiene que ver con los sentimientos, las reacciones, las variadas formas de razonar y en general todo lo que sea psicología en sí. Darle un porqué a lo que muchos no prestamos atención y poder usar aquello como entretenimiento general.
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Kadaj &Tamarakatsuki. Con la tecnología de Blogger.

NII-SAN Capítulo XI "Motivo de Vida"





Kadaj se encontraba en la compañía rodeado de médicos y Rufus, el presidente, a su lado, caminando de un lado a otro pensativo y preocupado.


El  albino lo miraba extrañado, su cabello rubio y su elegante traje lo mantenían entretenido.


-Por favor… podría…- le dice una científica de Shinra que llevaba guantes blancos levantado suavemente su mentón.


Kadaj levanta su rostro mostrando su delicado cuello. La mujer saca una aguja para tomar una muestra de sangre.


-Con cuidado…- se acerca frenético Rufus.


-Si señor… sé lo que hago…- la enfermera clava la aguja en el cuello del albino y el cristal comienza a llenarse de color azul.


- Increíble- Rufus se acerca más para poder ver mejor- Kadaj, pareces de la realeza.


La mujer ríe y saca cuidadosamente la aguja.


-¿Realeza?- pregunta confundido el albino.


-Si… se dice que las personas de la realeza portan sangre azul. Se considera algo… elegante.


-Pero…- Kadaj toma el rostro de Rufus con ambas manos- la sangre humana es roja…


-Lo se- el presidente quita cuidadosamente las manos de Kadaj y camina hacía la ventana de la blanca habitación- supongo que deseamos ser cetras- le dice sin voltearse, sólo fijaba su viste en el crepúsculo que se formaba entre los altos edificios- queremos ser como tu, tal vez.



-Me gusta el color de su sangre…- el rubio voltea por el comentario del menor- …cuando los lastiman es como si brotaran rosas rojas de su cuerpo. Yo creo que eso es más elegante.



Rufus sonríe y se acerca para sentarse frente a él.


-Valoras a los humanos, ¿verdad?... a tu manera, claro esta… pero de todas formas lo haces. Eres muy diferente a Sephiroth, especial.


-Sephiroth…- dice Kadaj indeciso de sus propias palabras- …él es lo que es… un cetra, uno bastante presumido… Y trata a los humanos como ellos tratan a las hormigas.


-¿Y por qué tu no? ¿Qué marca la diferencia? Ambos son cetras, ambos son presumidos…


-¡Hey!


-Sólo bromeo… - dice con una sonrisa.


-Bueno… respecto a tus preguntas… En primer lugar, somos personas diferentes y tenemos distintos puntos de vista y formas de sentir. Y segundo… la verdad es que no me siento diferente a un humano; es como si fuera uno.


Rufus muerde su dedo índice y se queda pensativo mirando a Kadaj.


-Interesante…


-¿Por qué me haces esas preguntas?- interroga el menor.


-Curiosidad


-¿Curiosidad? Hm, yo tengo otra pregunta para ti.


-Dime…


-¿Qué edad tienes?


Rufus sonríe y se levanta de su silla.


-¿A qué se debe esa pregunta?- le dice acariciándolo suavemente con el revés de sus dedos.


-Curiosidad… nunca antes había preguntado, así que…


El presidente ríe ante tal respuesta y al volverse a sentar en su silla responde:


-Veinticuatro


-Ah…


-¿Te parezco viejo?


-Jajajaja… no… sólo fue una pregunta.


-Sabes, Kadaj…


-¿Qué?


-Realmente me parece estar hablando con un humano- dice mirando hacia el piso.


Kadaj se arrodilla en el suelo para lograr verle el rostro. El rubio mira al curioso albino y sonriendo lo toma con una mano por el rostro.


-Tú eres mi más preciado tesoro.


-¿Yo?- pregunta Kadaj sorprendido y confundido.


-Si… para mí, tú eres perfecto… sin importar que otras personas digan lo contrario- toma su rostro con ambas manos ahora- Quiero que sepas que realmente eres perfecto… tu vida vale más que la de cualquiera en esta compañía o en este mundo.


-Es raro lo que dices…


-¿Por qué?


-Es que pensé que los humanos consideraban que su vida vale mucho más que la de cualquier otro ser vivo. 


Que creen que la vida humana es “sagrada”.


- Pensaste mal…- Rufus besa la frente de Kadaj-… tu me harás el hombre más rico del mundo.


-¡Con que de eso se trataba! …Ja, yo pensé que ya te estaba haciendo el hombre más rico del mundo.


-Pensaste bien- le dice juntando su frente con la del menor sonriente.


-Ejem…- la científica entra con las muestras de sangre- entiendo que lo quieras, Kadaj. Pero el presidente 


Shinra necesita su espacio.


-Yo no hice nada… él es quien me busca.


-Si claro…- dice la mujer poco convencida.


Rufus suelta a Kadaj y se va a ver por la ventana.


-¿Y bien? ¿Qué es lo que le ocurre?


-Bueno, no he encontrado ninguna anomalía en su sangre, ni siquiera debería estar sintiéndose mal.


-A decir verdad… ya me siento mejor- dice Kadaj- Creo que decaí de tristeza por no estar cerca de Rufus- dice poniéndose una mano en la frente fingiendo que va a desfallecer.


-¡Oh por Dios!- dice la enfermera intentando seguirle el juego pero  no puede evitar reírse.


Rufus sólo se dedica a verlo con una sonrisa mientras los penetrantes ojos verdes azulados de Kadaj se clavan juguetones en los suyos.


-¿Cura milagrosa?- pregunta Rufus.


-Algo así, too-san (padre)


-¿Por qué le dices así?- pregunta la enfermera.


-No se, para hacerlo más telenovelezco…


-Jajaja…- ríe la mujer sin poder resistirlo más.


Rufus se acerca de nuevo a Kadaj y corre la silla junto a él para sentarse mientras Kadaj se recuesta en su amplio sillón de enfermería.


-Aun que me gusta como suena...- dice el albino charlando con la enfermera- creo que desde ahora le diré así… papi - pronuncia Kadaj con la voz más gatuna que le salió posando su mano en la mejilla de Rufus.


La mujer vuelve a reír tapando su boca.


Rufus toma su mano y la besa.


-Volviendo al tema- dice dirigiéndose a la enfermera- ¿No encontraste nada malo en él?- pregunta.


-No…


-Llama a un especialista.


-Pero estoy bien- insiste Kadaj aun con su mano sobre la de Rufus que estaba apoyada sobre su pierna.


-Es por seguridad- aclara el rubio.


La mujer sale de la sala y llama por teléfono.


-¿Cuándo llegarán?- le pregunta Rufus, yendo otra vez hacia la ventana, sin dejar si quiera que esta cuelgue el teléfono.


-Estarán aquí dentro de una hora- Rufus asiente y se cruza de brazos.


Kadaj camina lentamente hacia él mientras nadie lo ve y se escabulle entre sus brazos.


-Estoy bien- le repite sílaba por sílaba.


Rufus lo abraza por la cintura y lo toma delicadamente por la barbilla.


-Es por seguridad- le repite.


Riku entra a la habitación sin siquiera tocar y se queda pasmado por la escena.


(“- Se están… ¿abrazando?”)


Sale enojado de la habitación golpeando la puerta y Kadaj sale tras él.


(“-¡¿Ahora también con Rufus quieres?!- pensaba Riku furioso apretando los puños y chirriando los dientes mientras caminaba a un paso veloz.”)


-¡Riku!- lo alcanza Kadaj tomándolo de la mano.


-¡Hanashite! (suéltame)


-¡Shigo! (no)… ¡¿Pero qué es lo que te pasa?!


-¡El pacto no era con Rufus!


-¿De que hablas? ¿Rufus?


Riku se zafa del agarre de su hermano.


-¡No quiero seguir así! ¡No quiero seguir con este… pacto!


-¿Por qué?


-¡Porque estoy harto de que te acuestes con otros!


-¡Yo no me he acostado con nadie más!- dice exaltado y confundido por las acusaciones de su hermano.


-¿Y qué hay de Sephiroth?-gritó Riku a mitad del pasillo de la compañía.


-Riku… baja la voz…- dice casi en un susurro.


-¡No voy a bajar la voz! ¡Quiero que el mundo se entere de que Kadaj…! – Se da la vuelta hacia donde estaban las secretarias y los demás soldados- ¡¡¡KADAJ SE ACUESTA CON TODOS!!!- grita lo más fuerte que puede desgarrándose las cuerdas vocales- ¡Si así es! ¡No con todas con TODOS!


-¡Riku!- le grita Kadaj tomándolo del hombro.


Todo Shinra se detuvo por unos instantes, ya no se escuchaba ningún barullo, se habían quedado todos mirando, mudos, a los dos hermanos.


Kadaj agarra a Riku por la ropa y lo arrastra hasta la parte oscura del pasillo y lentamente Shinra vuelve a su ruidoso estado.


-¡¿Qué haces?! ¡¿En que estabas pensand—


Riku lo calla golpeándolo con el revés de la mano.


-¿Qué por qué lo hice?- dice irónico con los ojos inundándose en lágrimas- Porque eres el peor hermano del mundo… te odio- le dice apretando los dientes y se va.


Riku le había repetido lo mismo que le dijo hace diez años atrás, cuando se separaron.


Kadaj cae en una angustia terrible que lo deja temblando. No logra mantenerse en pie y cae de rodillas al piso. Su pecho se contrae como si su corazón deseara dejar de latir e inconscientemente lagrimas gruesas de dolor comienzas a rodar por sus mejillas. Ya no tenía deseos de continuar; había perdido sus únicos motivos de vida y eso lo había matado por dentro ya. Por un momento su mente divago unas imágenes en las que 


Sephiroth le arrancaba, por detrás, la mitad de su corazón y la tiraba con desprecio a la basura y cuando volteaba a verle con tristeza otra mano atravesaba su espalda y le arrancaba lo único que le quedaba de su corazón, para exprimirlo y luego tirarlo al piso; Riku tampoco lo quería, y él no quería continuar con su agonía.


Se levanta involuntariamente y sale de Shinra sin prestar a tención a las miradas que se clavan en el como flechas. Camina hasta su casa casi como un fantasma inmaculado e insensible. Ya no lloraba sólo caminaba con la vista nula. Al llegar abre la puerta y nota que las luces estaban apagadas. No había nadie en casa. Sephiroth no volvería de trabajar hasta la madrugada, Loz había salido con sus amigos y con Yazoo y Riku… tal vez ya no volvería.


Kadaj se encierra en su cuarto y se sienta en el piso abrazando sus piernas; y comienza a discutir consigo mismo.


“-¿Qué sentido tiene seguir sufriendo?- se pregunta en su mente- Loz está más que decepcionado de mi… Sephiroth nunca me quiso realmente y no le importa en lo más mínimo lo que me pase… y Riku… me… odia- una lágrima corre por su mejilla al decir esto último”


“-Están enojados… ya se les pasará. Dales tiempo- le decía otra parte de su subconsciente”


“-No se les pasará… odio y amor son sentimientos demasiado fuertes y distantes el uno del otro. El sufrimiento se hará mucho más profundo si esperas tanto tiempo para que Riku apenas te dirija la palabra. Y ni hablar de cuanto tendrás que esperar para que Sephiroth comience a amarte, si es que algún día los hace… ¿Cuánto crees que soportarás?- le contradice otra parte de su mente.”


“- Sufrirán si lo haces.”


“-O tal vez te agradezcan…”


“-¿Te arriesgarás a dañar a Riku?”


“-…Él te odia.”


Kadaj se tapa los oídos al escuchar la palabra “odio”, pero en vano, ya que las palabras provienen de su cabeza. Y para colmo, las discusiones se hacían más fuertes. Lo aturdía escuchar su propia voz gritando en su cabeza la palabra “odio” y “amor” al mismo tiempo, además el dolor se hacía cada vez más agudo, insoportable. Y cuando las voces se sumaron al dolor… se rindió.


Se levanta violentamente, tambaleándose y toma un vaso. Lo llena con perfume, jabón de lavar ropa y lo llena de lavandina. Lleva el vaso a su habitación y cierra la puerta con llave y pasador, comenzando a sentirse aprisionado. Se pone a escribir rápidamente entre jaquecas y falta de aire y se coloca el papel en la manga de la polera que llevaba puesta y toma una gran bocanada de aire.


El dolor se hacía cada vez más fuerte y las voces en su cabeza gritaban cada vez más alto. Toma el vaso y lo apoya contra sus labios, derramando una lágrima antes de tomarse todo el líquido. El pecho ahora le quemaba y ardía y comenzaron a temblarle las manos. Po último su vista se nubló y las voces cesaron, ya no escuchaba nada, ni siquiera cuando el vaso se resbaló de sus manos y se rompió en pedazos.


El dolor, los pesares, todo había desaparecido. Sonrío y soltó una pequeña carcajada mientras cae al piso inconsciente.


Riku llega a la casa con la cabeza gacha. Y apenas termina de cerrar la puerta suena el teléfono y arrastrando los pies, camina lentamente para atenderlo.


-¿Moshi Moshi? (¿diga?)


-Si… ¿Riku?


-¿Mamá?- pregunta Riku reconociendo su voz.


-Riku, gracias a Dios… ¿Dónde estabas?... es decir… ¿Dónde está Kadaj?


-¿Dónde estás tu en este momento?


-En Shinra…


-¿En Shinra? Voy para allá.


-No, Riku, escucha, me llamaron porque dicen que Kadaj esta mal, ¿dónde está él?


-No lo sé… acabo de llegar… espera un momento- el albino suelta el teléfono- ¡Kadaj!- grita, más nadie le responde- ¡Kadaj! ¡¿Dónde estás?! Si es que estás aquí…- Se dice subiendo la escalera.
Riku toca la puerta de la habitación de su hermano pero nadie le responde, entonces decide entrar.


-Kadaj, abre la puerta soy yo, Riku…- dice encontrándola cerrada- ¡¡Kadaj!!- toca la puerta violentamente- ¡¡Yo debería ser el enojado aquí, no tu!! ¡¡Abre!!... Pero que tipo…


Al nadie responder a su pedido, Riku baja enojado las escaleras y vuelve a tomar el teléfono.


-Está encerrado en su habitación y no me quiere abrir la puerta…


-¡Dios!- se queja Lucrecia- ¿qué hacer? ¿Qué hacer?


Le hez arrebatado el teléfono a la mujer.


-Riku… soy yo, Rufus.


-Si, ya se quien eres- dice aun algo enojado.


-Enviaré a Sephiroth para allá, ¿está bien?


-Has lo que quieras


-No te preocupes Riku- vuelve al teléfono Lucrecia- ya vamos para allá- le corta.


-¿Vamos?- repite Riku confundido- ¿Vendrá con Sephiroth?










En Shinra, la noticia es comunicada a Sephiroth, quien sale de la compañía empujando a cualquier estúpido que ose ponerse en su camino. Afuera esperaban Lucrecia y Katz.


-Tu debes ser Sephiroth…- se adelanta el castaño- Mi nombre es Katz, soy especialista en “mako” y cetras, aun que nunca he podido conocer—


Sephiroth simplemente lo pasa por alto y sigue su camino. Lucrecia sube a la parte de atrás del audi negro y el albino en la parte del conductor. Katz sube por último junto con Lucrecia y Sephiroth acelera haciendo que las gomas del auto emitan un sonido agudo.


-En Shinra se comenta que Riku y Kadaj estuvieron peleando por lo que es posible que Kadaj no quiera abrirle la puerta de su habitación… pero… al no saber que es lo que le pasa, debemos hacerlo salir.-dice 


Lucrecia informando a Sephiroth sobre la situación.


-No es normal que Kadaj se encierre…- le dice Sephiroth mirando el camino, esquivando autos y quebrantando todas las reglas de transito existentes.


-¿Por qué?- pregunta Katz.


-…Él es claustrofóbico.


Lucrecia y Katz se miran sorprendidos.


-¿Entonces quieres decir que pudo haberle pasado algo grave?


-No lo sé… sólo dije que no es normal…


-Mm… - asiente Lucrecia- Sólo sácalo de ahí y nosotros nos encargaremos de lo demás.


-¿Tienes alguna idea de—


Katz es silenciado al golpearse la cabeza contra el asiento del acompañante por la forma brusca en la que frenó Sephiroth. La mujer y el albino bajan rápidamente del auto y se dirigen a la casa.


Sephiroth abre la puerta violentamente y sube las escaleras. En cambio Lucrecia se adelanta hacia Riku quien tomaba muy tranquilo un té y lo abraza.


-¡Riku! ¿Estás bien?- le pregunta llena de felicidad por verlo otra vez.


-Estoy bien, mamá.


Katz se acerca para abrazar a su hijo pero Riku lo detiene y sólo le extiende la mano.


De repente se escucha como Sephiroth derriba la puerta y un silencio se extiende. Entonces se apresuran a subir y la imagen de Sephiroth los mantiene inmóviles.


Sentir de Sephiroth


Su corazón se detiene por primera vez en su vida. Y su mundo se derrumba ante sus pies, y un enorme vacío le atraviesa el pecho.


¿Qué esto?... ¿Por qué no puedo moverme?... ¡Kse, ugoke, bakka yaro! (Maldición, muévete, estúpido)
Corre por Kadaj y lo toma en brazos poniendo la cabecita de su otouto (hermano menor) contra su pecho.


Estaba frío y más pálido de lo normal, sus ojos permanecían cerrados y sus labios estaban entre abiertos, habían perdido ese color rosado que tanto le gustaba.


(“-¿Por qué tienes que ser tan endemoniadamente hermoso?- sádicamente besa sus labios inertes enamorado del último suspiro de su cuerpo sin vida.”)


Kadaj no le responde, por lo que Sephiroth frunce el seño y aprieta los dientes mientras acaricia lentamente la cabeza de su hermano menor.


-Ya basta… deja de jugar… abre los ojos.- le dice al borde de la locura- ¡Kadaj! ¡¡Despierta!!- lo zamarrea un poco, y es entonces cuando nota que no respira.


¡¡Maldita mierda!!


Se prende de sus labios para darle respiración boca a boca, cuando llegan Lucrecia, Riku y Katz.


Fin del sentir de Sephiroth


-¡¿Qué- QU… HACES?!- grita desesperada viendo tal escena.


(“-¿Co-cómo te atreves a besarlo frente a mis padres?- se pregunta Riku viéndolo.”)


Sephiroth se separa de su otouto y mira furioso a los dos especialistas.


-¡¿QU… SE SUPONE QUE ESTÁS ESPERANDO?! ¡¡LLAMA A SHINRA O ALGO!! ¡¡KADAJ NO RESPIRA!!


Lucrecia prácticamente se tira sobre Kadaj y le toma el pulso rápidamente.


-Tiene el pulso muy bajo… ¡Katz, llama una ambulancia de Shinra, ahora!


Riku cae de rodillas al piso y su corazón a un vacío interminable. Lo que le había dicho hoy por la mañana retumbaba en su cabeza. Podía escucharse a él mismo gritándole “Te odio” y lágrimas agrias de dolor comienzan a caer de sus ojos tristes…


“¿Yo lo mate?- se preguntan al unísono Sephiroth y Riku.”











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